Hipnosis

Charlotte POV

Solté instantáneamente su mano y di varios pasos atrás. Ella solo me miraba con una sonrisita estúpida en su rostro.

−Charlotte, querida. No tienes por qué tenerme miedo, no muerdo ni nada de eso –la ironía de sus palabra me hiso rodar los ojos

− ¿Qué es lo que quieren aquí? –pregunté con rudeza.

−Lo mismo te digo. Es extraño que los vampiros convivan con humanos, mucho más que vallan a la escuela con ellos –respondió con actitud divertida, yo seguía sin entender el chiste

−Esa información no te incumbe. Danielle, no quiero problemas –dije con voz más calmada. De nada iba a servir una pelea en pleno patio escolar

− ¿Qué propones? Y tampoco quiero problemas Bracci, no somos del tipo agresivo. –Por suerte mis intentos de persuadirla dieron resultado. Ahora su expresión era más relajada, pero sus ojos no me quitaban la vista de encima. No se me pasó el hecho de que hablo en plural, pero lo deje pasar.

−No creo que seamos amigas, lo digo con sinceridad. Pero al menos, apoyémonos en todo lo que podamos. No sé las razones de por qué estás aquí, ni quiero saberlas. Te voy a pedir dos cosas: Primera, no quiero que toques a las Rossi, ellas son como mi familia. Y segunda, no quiero que te acerques si quiera a sus respectivos novios.

−Charlotte, ¿cómo sabes que somos Galeazzi? –me preguntó después de aceptar mis condiciones.

De nuevo habló en plural. Me moría de ganas por saber de quien más estaba hablando, pero me mordí la lengua y conteste a su pregunta.

−Digamos que podemos ver lo que otros no. Tengo que irme, nos vemos mañana supongo.

Asintió lentamente y me fui corriendo a velocidad vampiro, no quedaba nadie en el campus, así que no corría peligro de ser descubierta.

Adrián POV

− ¿Escuchaste de las chicas nuevas? –dijo David, un compañero mío

−Solo sé que son cuatro. A dos de ellas las conozco, son primas o algo así de Annie –le dije. Las Rossi ya nos habían contado sobre su plan macabro

−Creo que una de ellas está en mi clase de educación física. Su nombre es Charlotte –suspiró y pude ver un pequeño rubor en sus mejillas. Por supuesto sabía que poder casi hipnótico que tenían las Bracci

−Hombre, llevas un día de conocerla ¿y ya estás enamorado? –pregunté, en forma de juego.

−No seas estúpido, solo creo que es buena chica –intentó excusarse

−Como sea, ¿Quiénes son las otras dos nuevas?

−Danielle Berton y Juliette Delancy. La primera está en m clase de química, es algo…extraña, pero nada del otro mundo. A Juliette la conocí en la cafetería, ella si es de Marte, lo juro.

− ¿Tiene tres ojos, cuatro manos y ocho tentáculos? –me burle. Él rodo los ojos

−No, pero es algo emo. Tiene mechas moradas y sus ojos son de un extraño color. Lo juro hombre, ella no es de aquí

−Así es su personalidad. Deberías respetar más a las personas –regañé. Odiaba que juzgaran a las personas sin conocerlas siquiera

−Como sea, nos vemos luego Adrián –se despidió con la mano y se fue

Caminé hacia el estacionamiento, Charly y las chicas debían estar esperándome. Estaba a la mitad del camino, cuando escuché a alguien sollozar. Miré a mi alrededor y encontré a una chica, sentada en un banco cerca de donde yo me encontraba

− ¿Estas bien? –pregunte, acercándome a ella.
−No, unas chicas estúpidas fueron groseras conmigo. ¿Qué acaso tener el cabello morado es un delito? –se preguntó a sí misma, y enjugó deprisa sus lágrimas
−No debes preocuparte por eso. Como dices, son estúpidas si no saben respetar tu forma de ser
−Valla, eres el primero que es lindo conmigo. Todas las personas me ven como una extraña –Sonrió de medio lado.

Era una chica linda, con unos hermosos ojos, el color de estos parecía gris azulado. Y no digamos su sonrisa… ¡Detente ahí Adrián! ¿Ya te olvidaste de Annie?
Sacudí fuertemente mi cabeza, algo me estaba ocurriendo el día de hoy. Le sonreí a la chica y me presenté
−Soy Adrián, un placer conocerte
−Juliette, el pacer es mío. –Estrechó mi mano, y una extraña corriente eléctrica recorrió mi cuerpo.
¿Qué tenía esta chica que me hacía sentir tan…extraño?
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Hellow..!

Oh sí, puse a trabajar a mi cabeza y la obligué a escribir algo decente.

Oh Dios, cada día se pone esto más interesante, ¿qué pasará con la tal Juliette? ¿Charlotte y Danielle entrará en guerra? Muchas preguntas que será respondidas pronto, lo prometo.

Aprovecho para decirle un fuerte G.R.A.C.I.A.S. a MCG del blog ¡No quiero ser adulta!, porque me dio dos maravillosos premios. De nuevo muchas gracias...!

Y bueno, las reglas dicen que se lo tengo que entregar a 6 blog's, peeeero yo se lo doy a todas mis maravillosas seguidoras. ¡Las quiero mucho pequeñas traviesas!

Nos leemos bye bye..!

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Charlotte POV*

− ¡Sí! Iremos a la escuela, iremos a la escuela…−cantaba Chanel, dando saltitos por la sala

− ¿Iremos, dijiste? –pregunte. Si ella pensaba que la acompañaría a una escuela de humanos estaba loca

−Sip, iremos a la escuela –dijo, haciendo énfasis en la palabra

−Nop, solo tú iras a la escuela. Yo no soy de utilidad en estos caso –me aparté de ella e hice ademán de subir las escaleras

−Oh vamos Charlotte, con tu don de ver el futuro claro qu

e eres útil en estos caso. Además, ¿a quién voy a molestar en clase? –A todo el mundo menos a m” pensé para mis adentros, esperando que no se le ocurriera pasar por mi mente

−Chanel, cariño he dicho que no

−Charlotte, linda dije que si –Y puso la mejor carita de cachorro abandonado que tenía. Ignórala. Vamos Charlotte, tienes que ser firme con tu decisión. Cinco, cuatro, tres, dos…

−De acuerdo –suspiré fastidiada, rodando los ojos y dándome por vencida

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−Por favor, ¡me veo ridícula! –grite enfurecida, esperando el autobús.
Chanel me había obligado a usar una blusa larga rayada, blanco con rojo, unos leggins negros y tacones tipo bota, abiertos en la punta. Y no solo eso, también me amenazó de muerte con peinarme, pero le dije que al menos dejara eso a mi elección; ella aceptó a regañadientes y yo deje mi cabello suelto y bonito.

−Luces excelente, al igual que yo –dijo dando vueltitas por el lugar.

Ella traía puesto una blusa rosa, igualmente larga, unos leggins tipo mezclilla y tacones negros parecidos a los míos. Su cabello estaba recogido en una media coleta, con su flequillo cayendo de lado

−Como sea, solo hago esto por las niñas –me recordé en voz alta.

Llegó el autobús y no había dado ni tres pasos cuando empezaron los cuchicheos.
“Mira, son las chicas nuevas. Dicen que son muy extrañas, se parecen a las Rossi, ¿serán parientes?, es raro ver tantas chicas de intercambio” Bla, bla, bla. Cosas sin sentido ni importancia.

Elegimos un lugar y yo por inercia encendí mi IPod y subí el volumen de la música. ¿Para qué seguir escuchando estupideces de seres humanos sin cerebro? Exacto, no vale la pena.

El camino de nuestra “casa” a la escuela se me hizo eterno,

quizá porque estaba acostumbrada a correr grandes distancias en cuestión de minutos. Cuando llegamos, tuvimos que ir primero con la secretaria para que nos diera nuestros horarios e incluso un mapa de la escuela. Claro, como si fuésemos a perdernos.

−Mi primera clase es Literatura, ¿y tú? –preguntó Chanel, andando hacia su casillero, el cual oh sorpresa, estaba justo al lado del mío.

−Historia. Supongo que me harán recordar mi vida de

nuevo –dije con fastidio. Era el colmo, ¿quién da historia a una vampira de 150 años?

−Ellos no lo saben, creen que eres normal –me recordó mi hermana, se despidió de mí y se fue a su clase.

Pasó todo el maldito día demasiado lento para mi gusto y en todas las clases era lo mismo: Entraba al salón, todos me miraban con cara de incógnita, le daba mi ficha al profesor en turno, me obligaba a presentarme ante los demás estudiantes y me asignaba un lugar.

Cuando fue mi clase de educación física, tuve que recordarme cor

rer como una persona normal, a velocidad normal. Aun así, terminé el calentamiento antes que es resto.

Jugamos basquetbol, fácil y sencillo. Gracias a mis dones como vampiro, al término de la hora yo no estaba cansada, solo un poco fastidiada por convivir con tantos humanos.

Tomé mis cosas rápido, quería por fin llegar a casa. Sentí que una respiración y unos pasos se iban acercando hacia mí.

−Hey tú, chica nueva –dijo alguien.

−Charlotte –le recordé amablemente − ¿Qué pasa?

−Eres buena para esto –dijo, dándole vueltas al balón en su dedo. Yo reí nerviosa, hace años que no practicaba ese deporte.

−Tu tampoco estas tan mal –le dije como si de verdad tuviera 19 años, en lugar de 150.
Él era un chico alto, cabello rizado color negro con destellos en azul, piel blanca, sonrisa de comercial y unos hermosos ojos azules.

−Mi nombre es David, un placer conocerte Charlotte –dijo y, como todo un caballero medieval, besó mi mano con suavidad.

−El gusto es mío, hasta ahora eres el único que me ha dirigido la palabra –sonreí como estúpida, y desvié mi mirada de esos ojos tan impactantes

−Que mal, una niña tan hermosa y tan sola a la vez. ¿Qué te parece

si mañana comemos juntos? Puedo presentarte a varios amigos –estaba en estado de shock, por lo que solo asentí con la cabeza

−Bien, nos vemos mañana –me dijo y sin que yo lo previera, besó suavemente mi mejilla.

Salí a toda prisa del lugar, mi hermana me iba a matar por llegar tan tarde. De camino al estacionamiento, tropecé con alguien

−Lo siento, no me fije por donde caminaba –le dije a la chica, y le ayude a recoger sus cosas

−No importa, yo también estaba distraída –rió con simpatía –Soy Danielle Berton, mejor conocida como “la chica nueva”

−Charlotte Bracci, un placer conocerte –tomé su mano y fue cuando lo supe. Vampiro.

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Hellow..!

No tengo escusas, o más bien tengo muchas escusas no validas: tareas, trabajos, amigos, maestros...En fin, lo de siempre.

Además de estar un millón de horas frente la computadora, tener las ideas en la cabeza y no poderlas expresar de forma clara. Es horrible, no se lo deseo ni a mi peor enemigo.

Buena noticia: Ya tengo un adelanto del prox cap.

Mala noticia: No publicaré si no tengo comment's, aunque creo que no sera problema ¿cierto?

Nos leemos, bai bai..!

PD: Aquí esta la ropa que traen puestas las Bracci: