miércoles, 30 de junio de 2010

Final perfecto

Sacudió la cabeza fuertemente, rehusando a oír mis palabras y confiar en mis palabras.
¡Maldición, maldición!...

−No me crees, ¿verdad? Puedo verlo incluso con esta luz. ¿Por qué te crees la mentira y no puedes aceptar la verdad?

−Nunca ha tenido sentido que me quisieras. Siempre lo he sabido.

Noté una fuerte punzada en el estómago. Ahí estaba de nuevo, el poco amor que Bella se tenía a si misma, poniéndome a mí en la cima mientras ella se consideraba poca persona como para estar conmigo. Era absurdo, ridículo… Bella era mucho más grande de lo que pudiera siquiera imaginar, mucho más especial que cualquier humano o vampiro que hubiera pensando por mi vida durante mis largos cien años de existencia… Pensaba que ya lo había dejado claro hace tiempo, que mis afirmaciones y palabras eran suficientes para convencerla… pero ella seguí sin apreciarse tal como era, malinterpretando los hechos, volviéndolo todo erróneo.
Menospreciándose a sí misma, poniéndose en un punto inferior a mí. Cuestionándose el merecerme cuando yo era el que debía subir la cima para llegar a merecerla a ella.

Y, ¿cómo convencerla si mis palabras son insuficientes? . Si una sola negativa destruye todo lo que le he demostrado y jurado… O, ¿es que tal vez las palabras no eran suficientes? Debían darle pruebas contundentes del fuego abrazador que provoca en mi pecho cada vez que la siento cerca. No era ninguna falsedad, de la pasión que el amor que desborda en mí el tan solo verla sonreír, enojarse o sonrojarse no era ninguna blasfemia idiota como ella lo creía.
No pude pensar en otra cosa, y la sed y el cuidado al que recurría antes para controlar mis deseos no fueron necesarios. Lo sabía, esta vez… la amaba y la amo demasiado, mucho más que antes y de lo que será aún en un futuro. Demasiado como para lastimarla por mí cuenta…
Y realmente, lo necesitaba. Necesitaba sentirla demasiado cerca de mí. Era ese sabor que hacía seis mese mi interior mataba por volver a experimentar, con el que hiperventilaba cada vez que la imaginaba conmigo… tratando de reconstruir en mi mente el sabor de su boca y la textura suave de sus labios sobre los míos, compensando la dureza y la frialdad…
Haciéndome sentir vivo cuando estaba realmente muerto.

−Te probaré que estás despierta− prometí tratando de contener mi impaciencia.
Atrapé su cabeza con mis manos, acercándola más a mí… no lo soportaría por muco tiempo, ya lo había aguantado durante seis largos meses…
−Por favor, no lo hagas −susurró suplicante. Utilicé todo mi autocontrol para detenerme…

− ¿Por qué no? −pregunté con duda… tal vez había actuado demasiado rápido, o era que había malinterpretado sus deseos. Quería demostrarle que la quería… hacerla darse cuenta.

Pero, ¿cómo lo haría sin obligarla a algo que ella no quisiese hacer? Estúpida impotencia, me está desquiciando completamente.
−Cuando me despierte…. −No otra vez…−. ¡Vale, olvídalo! Rectifico: cuando te vayas otra vez, ya va a ser suficiente duro sin esto.

Muy bien, esto estaba llegando a los límites de mi capacidad. Y me pregunto porqué aún no me encontraba golpeando los muebles o destruyendo la pared de los sentimientos que eso me estaba causando….
Había convertido todo en un verdadero lío, algo que me estaba resultando casi imposible de corregí… Y en este momento me debía concentrar en varias cosas a la vez. Pero ninguno me había podido resolver el interrogante principal, la que me había estado atormentando desde que regresamos de Volterra y que aún no había conseguido aclarar. ¿Ella aún me quería de vuelta?

Lo había escuchado de boca de Alice y en sueños y pensamientos de Charlie. Bella había sufrido gracias a mí y las palabras anteriores confirmaban lo que yo ya sabía, haciéndolo un hecho mucho más creíble para mí y mucho más doloroso… Y aquí me encontraba, tratando de convencerla de que ella era lo que más necesitaba para sobrevivir e ideando maneras de satisfacer mis ansias y sufrimiento propio intentando besarla como nunca lo he hecho. Y todo sin antes figurar conseguir su perdón, que en realidad era lo que merecía más la pena en ese momento…

Estúpido y miserable egoísta, pensando solo en mí como siempre. Sin tomar en cuenta de que tal vez ella busca alejarse del sufrimiento que yo le causo… Me odié a mi mismo mucho más que en cualquier otra ocasión.
−Ayer, cuando te toqué, estabas tan… vacilante, tan cautelosa. Y todo sigue igual. Necesito saber por qué. ¿Acaso ya es demasiado tarde? ¿Quizás te he hecho demasiado daño? ¿Es porque has cambiado, como yo te pedí que hicieras? Eso sería… bastante justo. No protestaré contra tu decisión. Así que no intentes no herir mis sentimientos, por favor, sólo dime ahora si todavía puedes quererme o no, después de todo lo que te he hecho. ¿Puedes? −murmuré, esperando su negativa. “Acéptalo Edward… es lo que tú mismo te buscaste. Confórmate con saber que vive y que estará bien si decide estar lejos de ti… alégrate que esta vez, será por decisión suya y no tuya”
Sencillo de pensar. Esta vez de verdad no sabía cómo lograr estar lejos de ella…

− ¿Qué clase de pregunta idiota es esa?

−Limítate a contestarla, por favor

Me miró con semblante enigmático por unos segundos, segundos que me parecieron horas…
“¡Contesta, contesta!”

−Lo que siento por ti no cambiará nunca. Claro que te amo y ¡no hay nada que puedas hacer contra eso! −Júbilo, sorpresa, alivio, euforia, incredulidad. Gloria. No pude controlar aquel torrente de emociones que amenazó con hacer estragos en mi cabeza y recorrer cada rincón de mi cuerpo embargándolo de una esperanza que no creí jamás volver a tener.
Eso era todo lo que necesitaba, demasiado de lo que alguna vez pude pedir…
Muy bien seis meses aguardando y añorando todo esto.
−Es todo lo que necesitaba escuchar −No esperé ni un minuto más. La textura de sus labios, el sabor de su boca tan cercana a la calidez e su sangre. La que pensé recordar y estaba seguro nunca olvidaría, era completamente diferente… Mucho mejor que en recuerdos desesperados, exquisita… más de lo que me pude plantear en el pasado. Eso debía ser prueba suficiente…

Al menos a mí me convencía absolutamente de todo, de que ahora era libre de no lastimarla y de sentirla plenamente conmigo. De que ésta frágil y torpe humana era la que había logrado iluminar mis noches oscuras con su potente luz y que sin ella, la oscuridad me convertía en un monstruo miserable y perdido… Bella era mi luna, mi luz personal capaz de iluminar la penumbra de mi existencia. Haría que lo entendiera, aunque eso me llevara toda mi eternidad…
Y por supuesto, jamás me volvería a alejar. Nunca la dejaría. No tenía ni fuerza ni voluntad para hacerlo.

Fue una promesa que me juré a mí mismo y a Bella mientras nuestros labios hacían su trabajo, ahora de que estaba seguro…
Bella me amaba y yo a ella… No había más verdad que esta.

Fortaleza. Fortaleza era lo que, presuntuosa y petulantemente, presumía poseer. Y claro, ¿quién a simple vista y buen juicio podría dudar de ello? Yo, un vampiro, cien veces más fuerte que un elefante, mil veces más rápido que un leopardo. Peligroso y temido. Magnánimo y atractivo para los ojos humanos. ¿Quién podría siquiera figurar que, una humana… sencilla y tan frágil, podría superar con creces las expectativas de fortaleza en un ser mitológico como yo? Cualquiera que no hubiera conocido a Isabella Swan.

Ella lo hizo, supernido cualquier prueba impuesta, quedándose y soportando en silencio, sufriendo por dentro, fingiendo por fuera… Ganándole al vampiro el juego de supervivencia.
Bella continuó con sus rutinas diarias. Yo no pude ni siquiera crearme una.
Bella permanecía con Charlie, porque estaba consiente de que, a pesar de todo, él la necesitaba. Yo había abandonado a mi familia sin consideración.
Bella tomó medidas para sentirse mejor. Yo me hundí en mi propio dolor.
Bella logró sobrevivir… Yo casi muero en el intento.

Me superaba en tantas expectativas, me sorprendí mucho más que en cualquier otra ocasión ante sus declaraciones. Era una valentía y fuerza, que estaba seguro, iban más allá de los parámetros humanos. Tal vez era de ahí donde sacaba valor para amarme y la voluntad de querer permanecer a mi lado. La decisión y las descabelladas ideas para poder estar conmigo…

−…Mira, descubrí que te recordaba con mayor claridad cuando hacía algo estúpido o peligroso… Recordaba cómo sonaba tu voz cuando te enfadabas. La escuchaba como si estuvieras a mi lado. En general, intentaba no pensar en ti, pero en momentos como aquellos no me dolía mucho, era como si volvieras a protegerme, como si no quisieras que resultara herida…
−Tú… arriesgabas la… vida… para oírme…

Motar moto. Saltos de acantilado. Jugar con licántropos… Era desesperado y estúpido, precisamente las cosas que le había hecho prometerme que nunca intentaría. Pero, ¿cómo poder reclamarle el disparate que… irónicamente, le daba la fuerza para seguir viviendo? Y… ¡por el amor de Dios!, todo esto era para recordarme, para sentirse conmigo… ¡¿Cómo censurar ese comportamiento tan perturbador pero a la vez tan maravilloso?! No podía culparla. Yo incluso hubiera dado mi vida por tan solo escucharla en mis días de oscuridad… Y claro, toda la culpa simplemente recaía en mí, por haberlo permitido.

−Tú me amas −dijo maravillada, como si aquella afirmación de tanta antigüedad, al fin la estuviera comprendiendo.

−Con todo mi ser −Y… por primera vez en seis mese, sonreí de una manera triunfante y de sincera alegría

Tomé su rostro entre mis manos, convencido de que ahora… esta vez no existiría duda del profundo amor que siento por ella. Dichoso de recuperar mi lugar en su vida, uno que ella siempre guardaría solo para mí… La besé, como nunca antes lo había hecho.
De una manera pasional, profunda y sincera. Sin cuidados y tampoco límites. A tal grado que yo mismo sentí vértigo de mis movimientos. Incliné mi frente sobre la suya, y me sorprendió el darme cuenta de que los dos nos hallábamos respirando entrecortadamente…
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Y colorín colorado... este blog NO se ha acabado
Noche Sin Luna... sigue..!! asi es. Yo pensaba acabarlo aqui pero NO, voy a seguir la historia hasta el punto final.
Despues seguira Luna De Octubre que un poco más sangrienta pero no mucho.
Bueno chicas espero que les guste el cap. Ame con locura el final, y publicaré lo más pronto posible. Hasta entonces nos vemos..!!
Atte: gaby..!!*

Escuchando: The reason-Hoobastank (Ultimamente soy adicta a esta canción)
Pensando: SI, voy a ir a la premier de Eclipse..!!

jueves, 24 de junio de 2010

Las verdad

−Yo… − ¡Maldita sea!, ¿cómo encontrar las palabras correctas?−. Te debo una disculpa. No, sin duda, te debo mucho más, muchísimo más que eso, pero has de saber que no tenía ni idea… No me di cuenta del desastre que dejaba a mis espaldas. Pensé que te dejaba a salvo. Totalmente a salvo. No tenía ni idea de que volvería Victoria… Debo admitir que presté más atención a los pensamientos de James que a los de ella cuando la vi aquella ve y, por consiguiente, fui capaz de prever esa clase de reacción por su parte y de descubrir que ella tenía un lazo tan fuerte con él. Creo que me he dado cuenta ahora de que Victoria confiaba tanto en él que jamás pensó que pudiera sucumbir, ni se le pasó por la imaginación. Quizás fue ese exceso de confianza el que nubló sus sentimientos por él y lo que me impidió darme cuenta de la profundidad del lazo que lo unía…
»Pero, de cualquier modo, no tengo excusa alguna por haber permitido que te enfrentaras sola a todo eso. Cuando oí lo que le contaste a Alice, e incluso lo que ella vio por si misma, cuando me di cuanta de que habías tenido que poner tu vida en manos de hombres lobo, esas criaturas inmaduras y volubles, lo peor que ronda por ahí afuera, aparte de Victoria…
Por favor, créeme cuando te digo que no tenía ni idea de todo eso. Se me revuelven las tripas hasta lo más prefundo, incluso ahora, cuando puedo verte segura en mis brazos. No tengo ni la más remota disculpa en…

−Basta −interrumpió secamente…, obviamente no me perdonaría. ¡Era estúpido, débil e idiota! Imaginar que de verdad… que siquiera albergara la esperanza de volver con ella como si nada hubiera pasado. “Si Edward, adelante… hazte falsas ilusiones como un mentecato adolescente de secundaria, mírate a ti mismo, tan terco, tan egoísta… tan idiota… tan ingenuo como para pensar en una solución sencilla a esta situación, tan miserable que hasta el más mediocre de los humanos parecería un afortunado comparado contigo”

Seguramente eso me diría a mi mismo hace dos años si viera en que me he convertido… El Edward metódico, el Edward intraspasable… el fuerte. Estaba seguro, sentiría asco de mí… como lo hago yo ahora.
−Edward −comenzó a hablarme una vez más, interrumpiendo momentáneamente mi castigo personal… Tenía que ser esto, había llegado la hora. Intenté prepararme mentalmente para un segundo adiós… Naturalmente, fue imposible−, esto tiene que terminar ya. No puedes ver las cosas de esa manera. No puedes permitir que esa… culpa… gobierne tu vida. No tienes por qué asumir la responsabilidad de las cosas que me han ocurrido aquí. Nada de esto ha sucedido por tu causa, sólo es parte de las cosas que me suelen pasar a mí en la vida.
Así que si tropiezo delante de un autobús o lo que sea que me ocurra la próxima vez, has de ser consiente que no es cosa tuya asumir la culpa. No tienes por qué salir corriendo hacia Italia porque te sientas mal por no haberme salvado. Incluso si yo hubiera saltado de ese acantilado para matarme, ésa habría sido mi elección y, desde luego, no tu responsabilidad. Sé que está en tu… naturaleza cargar con las culpas de todo, pero de verdad… ¡no tienes por qué llevarlo hasta el extremo! Es de lo más irresponsable por tu parte no haber pensado en Carlisle, Esme y… −la voz se le quebró, ella no puedo terminar de hablar.
“¿Qu…qué?”

Suponiendo que hubiera escuchado mal, que es lo menos probable pues mi sentido del oído era mucho más que infalible, Bella me estaba planteando que la única razón por la que viaje a Italia y seguirla para no querer perder la vida más invaluable en todo este maldito universo era porque…¡Porque me sentía culpable!

Lejos de pedirme que me fuera, me llamaba la atención por haber cometido un acto tan exagerado, preocupada por mi familia. Por Esme, por Carlisle… y… ¿por mi? Como si arrojarse de un acantilado por diversión quedara en un término de mucha menor importancia… Sin mencionar su propio sufrimiento… sin un solo reclamo de haberla abandonado.
Sencillamente sorprendente.
−Isabella Marie Swan −susurré con el corazón en vilo su nombre completo. Seguramente, mi anterior análisis y mezcla de sorpresas daban una momentánea locura, era verdaderamente de lunáticos lo que estaba pensando−, pero ¿tú crees que le pedí a los Vulturis que me mataran porque me sentía culpable?

− ¿Ah, no? −mostró la expresión más confundida que le hubiera visto.

−Me sentía culpable, de una forma muy intensa. Más de lo que tú podrías llegar a comprender.

−Entonces, ¿que estas diciendo? No te entiendo.

−Bella, me marché con los Vulturis porque pensé que habías muerto −la peor de las maldiciones que me pudiera pasar−. Incluso aunque yo no hubiera tenido nada que ver con tu muerte…−el peor acontecimiento que mi mundo podría alguna vez presenciar…−. Me hubiera ido a Italia aunque no hubiera ocurrido por culpa mía. Es obvio que debería haber sido más cuidadoso, tendría que haberle preguntado a Alice directamente, en lugar de aceptarlo de labios de Rosalie, de segundas. Pero vamos a ver… ¿Qué se suponía que debía pensar cuando el chico dijo que Charlie estaba en el funeral? ¿Cuáles eran las probabilidades?
»Las probabilidades… −Irónico, cada decisión, cada movimiento erróneo, todo lo que creí mejor resultó lo nefasto… tropezones fatales, caídas prácticamente irremediables− Las probabilidades siempre están en contra nuestra. Error tras error. No creo que vuelva a criticar nunca más a Romeo.
−Pero hay algo que aún no entiendo, y ése es el punto más importante de la cuestión: ¿y qué?

− ¿Perdona?

− ¿Y qué pasaba si yo había muerto?

Me confundí. ¿Qué clase de pregunta ridícula era aquella? ¿¡Y que si ella hubiera muerto!? Me parecía que esta iniciando una conversación como alguien que ignora completamente el amor profundo y eterno que le tengo a pesar de todas las cosas. ¿Lo ignoraba de verdad?, ¿¡puede llegar a olvidar un hecho tan inevitable y real!?...
Creo que estaba llegando al núcleo del verdadero problema.
− ¿No recuerdas nada de lo que te he dicho desde nos conocimos? −cuestioné incrédulo que pudiera existir ese tipo de amnesia tan injusta, o el simple pensamiento absurdo de siquiera imaginar que mis sentimientos hacia ella desaparecieron por completo.
−Recuerdo todo lo que me has dicho −respondió con pesadumbre y pude reconocer una vez más el mismo semblante de dolor que mostró en Volterra sobre mis insinuaciones de permanecer unidos. Dolor, pesadumbre… un sentimiento que luchaba contra todo para poder ocultármelo, pero estaba seguro… la carcomía por dentro. Entonces ahora todo tenía sentido, las razones del porqué su actitud hacia mi en Volterra.

Recordé el día de mi despedida, el rostro en el que admitía y creía con suma facilidad mí miserable mentira, en donde ella me daba la razón en afirmarle que no me convenía estar a su lado… cuando le decía que yo no la amaba… El rostro lleno de dolor, exactamente el mismo rostro de Volterra, el mismo de ahora… Ella, ¿en verdad seguía con la idea de que yo no la quería más conmigo? Después de todo lo que había pasado en Italia… las señales, aún podía buscar excusas como la culpa para seguir pensado en mi mentira del pasado…

Rocé con la yema de mi dedo su labio inferior. Podía sentirlo temblar ante mi contacto, vacilando si mi toque era por mero reflejo o una demostración de cariño… yo gocé del calor antes de aclarar sus ideas.
−Bella, creo que ha habido un malentendido −cerré los ojos mientras sacudía mi cabeza negando lentamente. Que en verdad pudiera ser fiel a una tontería tan grande como aquella después de tanto tiempo… lastimaba−. Pensé que ya te la había explicado antes con claridad. Bella, yo no puedo vivir en un mundo donde tú no existas.
−Estoy… estoy echa un lío −no parecía comprender ni una sola palabra de lo que yo decía. Muy bien… si esto no le era suficiente, tendría que aclararle todo desde el principio.
−Soy un buen mentiroso, Bella, tuve que serlo.
Su expresión cambio instantáneamente a una completamente helada y sucumbida por el dolor.
¡No…no!, eso no era a lo que me estaba refiriendo… ¿Es que me costaría demasiado trabajo hacerla entender de verdad?
− ¡Déjame acabar! Soy un buen mentiroso, pero desde luego, tú tienes parte de culpa por haberme creído con tanta rapidez −No puede reprimir una mueca de dolor al siquiera recordarlo −Eso fue… insoportable.

−Te refieres a cuando estuvimos en el bosque, cuando me dijiste adiós…−Bella aún pronunció las palabras en un estado de incredulidad, completamente paralizada y adolorida, ese día en especial tampoco le resultaba el mejor recuerdo que haya podido tener… Comencé a explicarlo todo, absolutamente todo.
−No ibas a dejar que lo hiciera por las buenas. Me daba cuenta. Yo no deseaba hacerlo, creía que me moría si lo hacía, pero sabía que si no te convencía de que ya no te amaba, habrías tardado muy poco en querer acabar con tu vida humana. Tenía la esperanza de que la retomarías si pensabas que me había marchado.
−Una ruptura limpia −susurró para si misma.

−Exactamente. Pero, ¡nunca imaginé que hacerlo resultaría tan sencillo! Pensaba que sería casi imposible, que te darías cuenta tan fácilmente de la verdad que yo tendría que soltar una mentira tras otra durante horas para apenas plantar la semilla de una duda en tu cabeza. Mentí y lo siento mucho, muchísimo, porque te hice daño, y lo siento también porque fue un esfuerzo que no mereció la pena. Siento que a pesar de todo no pudiera protegerte de lo que soy. Mentí para salvarte, pero no funcionó. Lo siento.
»Pero ¿cómo pudiste creerme? Después de las miles de veces que te dije lo mucho que te amaba, ¿cómo pudo una simple palabra romper tu fe en mí?

Bella continuó paralizada y callada, o demasiado sorprendida o demasiado renuente al creer las palabras que le estaba diciendo. No podía leer su mente, pero no necesitaba hacerlo en ese preciso momento para darme cuenta de que… efectivamente seguía dudando de mí.
¡Frustrante, ridículo… absurdo! ¿Por qué no puede creer una verdad tan absoluta?
−Vi en tus ojos que de verdad creías que ya no te quería. La idea más absurda, más ridícula, ¡como si hubiera alguna manera de que yo pudiera existir sin necesitarte!

Ella aún seguía sin habla, quieta… absorta de creerme. Esto llegó a mi limite… la sacudí de los hombros completamente frustrado y nervioso, tal vez así saldría de su leve estado de shock… o me diría que demonios estaba pensando.
−Bella, ¡dime de una vez qué es lo que estas pensando! −exigí desquiciado.
Me quedé congelado al ver las lágrimas correr por sus mejillas automáticamente después de formular mi pregunta. Las punzadas que me provocaron cada lágrima derramada fueron tremendamente insoportables.
−Lo sabía −sollozó−. Sabía que estaba soñando…

¡Mierda, mierda, mierda!... ¿Por qué tenía que ser tan terca?... ¿Por qué mintiéndole me creía de inmediato y dudaba de mí cuando decía la verdad?
−Eres imposible −solté una carcajada frustrada−. ¿De qué manera te puedo explicar esto para que me creas? No estás dormida ni muerta. Estoy aquí y te quiero. Siempre te he querido y siempre te querré. Cada segundo de los que estuve lejos, estuve pensando en ti, viendo tu rostro en mi mente. Cuando te dije que no te quería…. Ésa fue la más negra de las blasfemias...
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Hola chicas.
waa ya se que me quieren matar, pero estos dias he estado muy ocupada y para colmo enferma.
Asi que bueno aqui esta el cap, espero que lo disfruten e intentaré publicar lo antes posible ok.
Bueno sin nada más que agregar se despide Gaby!!**

miércoles, 16 de junio de 2010

Interrogatorio

Recuerdo que ésa noche, había catalogado mi vida antes de conocer a Bella como una insufrible media noche. Pero ahora me daba cuenta, después de haber estado tanto tiempo alejado, que esa en realidad no era la forma de describir mi mundo sin Bella. La media noche era oscura, pero aún existía la luna que la iluminara tenuemente. La vida sin Bella era penumbra absoluta. Una terrible y lastimera noche sin luna. Oscuridad plena, desgarrante, penetrante y sin cuartel.
Tendría que encontrar una manera de hacerla entender, que mi existencia lejos de ella era mucho peor de lo que ella podría pensar alguna vez.

Un suspiro de su parte me puso alerta. Aún no abría los ojos, pero estaba seguro de que esta vez estaba despertando. Me preparé a mi mismo, y me tomé la libertad de acariciar suavemente su frente. Quise pensar que ella había hecho aquel gesto a causa del frío de mi roce… esperé pacientemente, pero aún no abría sus ojos, como si temiera hacerlo, como si rehusara a despertar. Fruncí el ceño a causa de tanta incertidumbre. Cuando por fin, dio un largo suspiro, parpadeó y me miró a los ojos inescrutables.

−Oh… −se frotó los ojos y pronunció con un tono de voz que no supe identificar. Su mirada me resultaba extraña. Cerró los ojos y los abrió una vez más. No entendía el porqué de esta reacción tan anómala. ¿Estaba asustada?, ¿confundida? Era como si viera en mi algo que ya esperaba, pero que a la vez le resultara nuevo, sorprendente… Quizá estaba aterrada de mi presencia.

− ¿Te asuste? −pregunté sin poder contener mi ansiedad, esperando alguna respuesta afirmativa o negativa… pero mis nervios se hicieron mayores al ver que ella, lejos de responderme, se limitaba a observarme de la misma manera extraña y sorprendida parpadeando varias veces. Por la forma en como me veía, sabia que estaba analizando algo con mucho detenimiento.
“Por favor, Dios. ¿¡Qué rayos estaba pensando!?”

− ¡Oh, mierda! −habló por fin, pero sus primeras palabras no lograron aclararme que era lo que estaba pasando por su mente ahora. Bella no era devota de decir malas palabras. Debería de estar pasado algo verdaderamente malo como para que pronunciara una.

− ¿Qué pasa, Bella? −cuestioné preocupado. Ahora de verdad estaba ansioso.
Se limitó a fruncirme el ceño con tristeza. “¡Por el amor de Dios…! Habla antes de que me vuelva loco”

−Estoy muerta. ¿Verdad? Me ahogué de verdad. ¡Mierda, mierda, mierda! Charlie se va a morir del disgusto −dijo angustiada.
“¿Pero qué…?”

−No estas muerta −le aclaré con mala cara

−Entonces, ¿por qué no me despierto? −me reto

−Estás despierta, Bella −le dije articulando despacio los labios para que me entendiera. Sacudió la cabeza

−Seguro, seguro. Eso es lo que tú quieres que yo piense, y entonces, cuando despierte, todo será peor; si me despierto, cosa que no va a ocurrir, porque estoy muerta. Esto es horrible. Pobre Charlie. Y Renée. Y Jake…

Increíble, sencillamente fantástico ¿Era esto lo que de verdad estaba pensando?, ¿de verdad creía que estaba muerta?... Bella tendría que ser mucho más inteligente. Obviamente, yo no estaría con ella en el caso de que ella hubiera muerto… En el cielo no admiten vampiros egoístas.

−Ya veo que me has confundido con una pesadilla −intenté sonreírle por mi broma. Como estaba la situanción, me fue imposible pintarla de alegría− Lo que no me puedo imaginar es qué es lo que debes de haber hecho para terminar en el infierno. ¿Te has dedicado a cometer asesinatos en mi ausencia? −bromeé.

−Pues claro que no. Tú no podrías estar conmigo si yo estuviera en el infierno.
Exacto, más bien porque sería imposible que ella estuviera en el infierno. ¿Es que nunca lo entendería? Suspiré.

−Entonces, ¿todo eso ha ocurrido de verdad? −perecía sorprendida.

−Eso depende. Si te refieres a que casi nos masacran en Italia, entonces, sí.

− ¡Qué extraño! He viajado a Italia de verdad. ¿A que no sabías que por el Este nunca había pasado más allá de Alburquerque? −dijo con inocencia.

“Bella…” Puse los ojos en blanco. A comparación de confundir la realidad con un sueño, ese comentario se ganaba el premio mayor.

−Quizás deberías dormirte otra vez. No dices más que tonterías.

−Ya no me siento cansada. ¿Qué hora es? −preguntó− ¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?

−Es la una de la madrugada. Así que, unas catorce horas −le respondí un tanto inquieto.

Comenzó a estirarse de una manera muy natural, como si no fuera yo, -el causante de toda su desgracia- con quien estuviera hablando a altas horas de la madrugada en su habitación.
Jamás dejaría de impresionar.

− ¿Y Charlie? −preguntó.
“Hablando de recordatorios dolorosos…”

−Duerme. Deberías saber que en este preciso momento me estoy saltando las reglas, aunque no técnicamente, claro, ya que él me dijo que volviera a traspasar su puerta, y he entrado por la ventana… pero bueno, al menos la intención era buena.

− ¿Charlie te hecho de casa? −pereció sorprendida de mi declaración. Sorprendentemente había empezado la conversación y yo me encontraba frustrado por saber la razón del porqué ella no me echaba de su cuarto al igual que Charlie de la casa.

− ¿Acaso esperabas otra cosa? −pregunté irónico… Ironía era que ella reaccionara tan tranquilamente ante mi presencia.
“¡Vamos Bella… si quieres que me vaya solo dilo!”

− ¿Cuál es la historia? −preguntó con curiosidad, aunque pude notar cierta mirada sospechosa.
Sabía que ella de verdad querría saberlo… pero a la vez, estaba seguro de que alargaba todo esto como una simple charla monótona por una razón. No sabía, pero al fin y al cabo termine por agradecérselo… así pasaría más tiempo con ella ante de que me pidiera alguna otra cosa.

− ¿Qué quieres decir? −le seguí el juego.

− ¿Qué le voy a decir a Charlie? ¿Qué explicación le voy a dar por haber desaparecido…? Ahora que lo pienso, ¿cuánto tiempo he estado fuera?

−Sólo tres días −entrecerré los ojos. Habíamos llegado a un punto importante en que ni siquiera ya, con tantas tonterías en la cabeza, me había preocupado por resolver… ¿qué era correcto decir en esta situación? Y no creo que Bella planeara contarle a su padre que había viajado a Italia para evitar que yo me quitara la vida por haber creído…No, creo que esa definitivamente no era una alternativa−… En realidad, albegaba la esperanza de que se te ocurriera alguna buena explicación. Yo no tengo ninguna −le confesé.

−De fábula −bufó decepcionada.

−Bueno, quizás Alice sea capaz de inventar algo −dije como alternativa. Era justo aquí donde no sabía continuar… No quería poner fin al paréntesis que estábamos creando ella y yo.

De ser posible, me deleitaría tanto como pudiera, hablando de cosas insustanciales. Aunque la espera sólo anticipaba lo inevitable, a pesar de no tener una idea exacta de lo que fuera.
−Y bueno… −comenzó. Estaba seguro que ahora, tal vez estaría pensando otra forma de mantenernos hablando… − ¿en qué has andado hasta hace tres días?

Mala pregunta… y, ¿por qué era precisamente eso lo que debía de preguntarme en este momento? ¿Cómo debía contestarle? No creo que Bella disfrutaría una historia en donde solo existía color negro y sentimiento de lamento y desolación.
“Pues veras, Bella… simplemente pasé desgarrándome el corazón de piedra como un inútil deleznable. ¿Sabías que el dolor en los vampiros es miles de veces más agudo que el de un humano?... Después de fracasar en protegerte de Victoria, me ahogué en un mar de agonía, muerte y lenta tortura que me volvió loco por seis largos mese. Experimente la congoja más grande de toda mi existencia y casi me pierdo a mí mismo, a mi familia y a ti. Nada en especial cariño ¿Y dime, tú que has estado haciendo?”
−En nada que me entusiasmara excesivamente −censuré mis pensamientos.

−Claro que no −masculló con cara de enfado.

− ¿Por qué pones esa cara?

−Bueno… −frunció los labios pensativa− si, después de todo, sólo fueras un sueño, ésa sería exactamente la clase de respuesta que darías. Mi imaginación no da para mucho, está muy claro.

Suspiré. Y ahí va de nuevo. ¿En verdad le era tan difícil creer que no la estaba atormentando dormida? No sabía que Bella tuviera sueños tan vívidos, seguramente ése sería el catalizador de sus involuntarias palabras. Me cuestioné… quizás era por eso que no me corría aún de su habitación.
Dolor… otra vez, jamás me iba a acostumbrar a él.
−Si te lo cuento, ¿te creerás al fin que no estás viviendo una pesadilla?

− ¡Una pesadilla! −dijo molesta. No quise hacerme falsas ilusiones− Quizá, si me lo cuentas.

−Estuve… cazando −lo que, en términos técnicos, era cierto.

− ¿Eso es todo de lo que eres capaz de hacer? −criticó−. Eso no prueba de ninguna manera que esté despierta.

Vacilé por unos instantes. Tal vez no le gustaría saber que clase de “caza” hice. Censurando las situaciones macabras y ridículas por supuesto, entraríamos en otro terreno.
−No estuve de caza para alimentarme. En realidad, ponía a prueba mi habilidad… en el rastreo. Y no soy nada bueno −confesé algo avergonzado.

− ¿Y qué fue lo que estuviste rastreando? −preguntó intrigada.

−Nada de importancia −Y aquí comenzábamos. Esto ya era pasarse a otro nivel… en cualquier momento… ella pediría una mejor explicación, con ella… una excusa para preguntar el porqué aún seguía en su habitación. No sabía cómo sobrevivir esta vez.
−No te entiendo.
No, no estaba seguro de querer partir tan pronto, al menos… al menos no lo haría sin suplicar que me perdonara.

Me preparé para de una vez por todas decirle toda la verdad de esta historia y pedirle perdón por el daño que le cause. Si ella no me quería a su lado, por lo menos intentaría llevarme su perdón y dejarla para siempre aunque eso me doliera en lo más profundo. Bella nunca vería mi dolor si no me quería de vuelta, no quería que se sintiera ni responsable ni culpable por absolutamente nada.
“Venga, Edward. Tú puedes con esto y más necesitas sacarte este martirio de encima y quitárselo a ella, la razón de tu existencia....”
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Hola chicas. ¿saben que amo dejarlas con la intriga? muajajajaja (risa de mala de pelicula)
Bueno espero que les guste y, no se preocupen, publicaré lo antes posible. Ahora me voy porque tengo examen de ingles (muuuuuuy fácil) pero mi papá ya me dijo que me alejara de la compu para repasar un poco.
Una cosa mas... muchas gracias a Gisell por el premio, en cuanto tenga un tiempo lo pongo, eres una gran seguidora.
Sin nada más que agregar, se despide gaby!!**

sábado, 12 de junio de 2010

Felicidad

No pude evitarlo. A diferencia de Jasper, yo no lidiaba con la gama de emociones que esto me provocaba. Me sentí asqueado conmigo mismo… era demasiada culpa como para lidiar con ella.
Bajé mi cabeza y deje salir un quejido… resultaba patético.
−Hijo, no debes sentirte avergonzado −susurró Carlisle, que ya se encontraba tomándome de los hombros, fuertemente… obligándome a mirarlo a los ojos− todo lo que hiciste, fue por amor.

−No sirvió de nada, lo único que cause fue dolor. Me equivoqué y las consecuencias fueron fatales.

−Nos equivocamos, pero lo hacemos para demostrar la fortaleza −esta vez fue Jasper quien habló, acercándose a mí apartando una de las manos de Carlisle para colocarla en mi hombro también− Eres más fuerte que cualquiera de nosotros. No nos hagas perder la fe en ti…

− ¿¡Fe!? −Exclamé exasperado− ¿¡Cómo puedes siquiera pretender fe en mí!? ¡Después de todo lo que he hecho! ¡Después de lo que le he hecho a ella!
Iba a soltarme del agarre de Carlisle y mi hermano. Esto era enfermizo, tan poco sensato… ¿Porqué todo insistían en verme como alguien inocente? ¿Por qué no podían ver que mis decisiones siempre serían las peores? ¿Por qué querían formar parte de alguien que, lejos de traerles felicidad, solo acercaban decepciones, tristezas…? ¡Fe en Edward Cullen! Japer y todos los demás… ¿cómo podían lograr tener fe en alguien como yo?

−De la misma manera en que tu me la tienes a mí, Edward −respondío Jasper a todas mis interrogantes, sin necesidad siquiera de leer mi mente− O, ¿es que acaso no la tienes?

−No seas ridículo, por supuesto que tengo fe en ti −dije algo irritado.

−Y, ¿por qué Edward? ¿Qué he hecho yo para merecerla? Después de lo que pasó hace seis mese… ¿aún tienes fe en mí? −preguntó.

Me quedé mudo e inmóvil. ¿La tenia?, en verdad podía… podía confiar en Jasper después de lo ocurrido. Jasper siempre fue parecido en mí en muchos aspectos, algunas reacciones, algunas similitudes en el carácter… la manera de amar tan profunda e inevitablemente. La fortaleza y la capacidad para sobrellevar nuestros conflictos internos… Era una de la persona más entera que conocía, de las más tenaces…
Dispuesto a hacer todo lo que fuera, por nosotros, por Alice. ¿Debería juzgarlos solo por un estúpido papel demasiado afilado? ¿Por una situación inevitable que bien podía haberse presentado en un lugar equivocado y con alguien inadecuado?... Jasper era mucho más que eso. Jasper Hale no sería juzgado por un error, si no por una vida de esfuerzo, valentía y fortaleza…

¡Oh!. Ahora comenzaba a entenderlo. Levanté la mirada y con un gesto de cariño, coloque mi mano en uno de sus hombros también.
−Sin duda alguna −le sonreí con suficiencia, y él lo hizo también.

Sabía que lo entenderías

−Gracias −lo dije con el corazón.

Y, ¿qué rayos estas esperando aquí? ¡Ve con ella!

Volví a sonreír. No pude saber si era de nervios o de agradecimiento a él y a mi familia… que seguía aún viéndome como la oveja perdida. Y así me sentía yo, una oveja que por fin había regresado a su hogar.
Ojala puedan volver a ser como antes.

Te lo mereces, hermano.

Salúdame a mi humana favorita.

Sólo se feliz, Edward.

Salí de la casa y corrí por el bosque. Una parte de mí había quedado aliviada y en paz. Una parte que nunca había tomado como segundo término. Tenía una familia, que me aceptaba como era, con mis errores y mis falsos pasos… una familia que estoy seguro, en la eternidad iba a volver a descuidar.

Pero faltaba la parte más difícil, la más importante de todas…
Enfrentar a Bella y, de ser posible, implorarle y demostrarle hasta parecer que mi existencia sin ella… no significaría nada.
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Aquí estaba otra vez, como el día en que nuestra historia comenzó y me era tan extraña la analogía de ambas situaciones. Si bien recuerdo, ésa noche la abrazaba de la misma manera, tal como lo hago ahora. Ésa noche respiraba tan similar a como lo hace en estos momentos… su esencia era exactamente desde hace casi un año. Y la habitación estaba exactamente como lo estaba en ese momento, bueno… casi.

Había encontrado la diferencia que noté cuando entre esta tarde. Sus libros, sus discos, películas e incluso sus adornos, todo lo que ella frecuentaba, todo lo que la describía habían desaparecido de su habitación, dejando un hueco simplemente lleno de muebles, ropa y papeles.
La apreté más contra mí. Oh, claro que conocía la razón… y no dejaba de lamentarme por ello.

¿¡Qué había hecho!? ¿Cómo lo podría remediar? Buscaba una y mil formas, cualquiera que pudiera reparar tanto daño causado, pero siempre llegaba a un punto muerto en mi consciencia… no sabría como hacerlo, ignoraba completamente sus deseos. ¡Frustrante!
¿Cómo compensarla cuando no sé si buscaba algo de mí? ¿Cómo consolarla sin saber si yo seré un alivio para ella?... ¿Cómo conseguiré sobrevivir si ella no puede perdonarme?
Había logrado recuperar a mi familia, sin darme cuanta que mi cuerpo, mi mente pedía recuperar a alguien mucho más importante. Charlie, ahora durmiendo, se había encargado de ilustrarme todo lo sucedido, y la información con la que me encontré me estaba carcomiendo por dentro.
Bella fría, Bella destrozada. Una Bella sin música, sin libros, sin sonrisas sinceras. Bella vacía, una Bella que no era mi Bella. La que yo conocía.

¿¡Qué he hecho!? ¿¡Qué he hecho!? Pensé a gritos una y otra vez, abrazándola contra mí con fuerza, con los ojos ardiéndome, con el corazón matándome. Esto era lo que había jurado proteger y mantener a salvo: sola, desmadejada y al asecho de una sádica vampiresa sedienta de venganza, sin más protección que una irresponsable y voluble manada de licántropos estúpidos.
Cegado por mis ideas, por mi idiota obstinación de creer lo que era mejor para ella.
Condenándola al olvido, haciendo que ella misma se perdiera.
¿¡Qué he hecho!? ¿¡Qué he hecho!?

Ella no podría disculparme. No debería absolverme de tantos errores… yo mismo no lograba perdonarme.
−Edward… −susurró en medio de mi suplicio.
Me congelé y posé inmediatamente mi mirada en su rostro, asustado de que tal vez me pidiera que la soltara. Pero ahí estaba, sin oponer la más minima resistencia, profundamente dormida.
−Edward. No... No te vayas −volvió a murmurar, pero esta vez con inseguridad, miedo. La apreté más contra mí− ¡Edward. Quédate, por favor! −suplicó con voz asustada, lo suficientemente alta como para despertar a Charlie.
−Shhh. Bella, aquí estoy. Ahora y siempre −la arrullé, repitiendo esas palabras constantemente hasta que se clamara. Supongo que las decía más para mi consuelo que para el suyo.

Fue cuando lo recordé, tal como la primera vez que la había escuchado decir mi nombre en sueños. Me volví a devanarme los sesos buscando el nombre a las emociones que ahora volvía a experimentar. Otra vez, no encontré significado… no me importó. Y tal como hice hace un año, me deje ahogar en ellas, disfrutando de mi lugar feliz, mi propio Dèjá Vù…
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Hola chicas, con mucha prisa. gracias a las nuevas seguidoras por comentar, asi me puedo pasar por sus blogs.
Porfa comenten que puedo regalar de premio para en concurso, que ya casi esta listo.
Bueno me voy bye bye les mando un beso. Se despide, gaby!!**

miércoles, 9 de junio de 2010

Regreso a casa

La tomé en brazos antes de que pudiera golpearse la cabeza con la acera. No quería aceptarlo… pero Charlie, a su edad… no podría con ella, y Bella estaba demasiado extenuada como para caminar por si sola a su habitación. Además de que iba a tomar la mínima excusa para permanecer con ella, todo el tiempo posible antes de que…
Preferí no pensar en ello…
−Déjame sólo que la lleve a su curto. Después me marcharé.

− ¡No! −gritó Bella, esta vez todo todos sus fuerzas… sorprendiéndome aun más.
¿De verdad no quería que me alejara?, ¿después de todo…? ¿Qué era lo que ella quería de mí? O era que tal vez aún no obtenían las respuestas que me pedía a gritos en sus ojos. Sería un milagro pensar que… después de lo presenciado, después del daño…quisiera quedarse e mi lado. Tal vez irme era lo correcto, pero… ¿cometer el mismo error? No… no, esta vez, que ella lo decida.
Que ella me lo pida, mientras tanto… le daré lo que ella precise de mí, y nada si lo prefiere así.

−No iré lejos −prometí en voz baja, lo suficiente como para que Charlie no pudiera escucharme.

−Hazlo… pero te quiero fuera después −dijo Charlie a lo bajo, reprimido y resignado.
Solo… solo deja de lastimarla. Suplicó en pensamientos y yo me lo juré estrictamente a mi mismo en secreto.

Subí las escaleras de la casa con Bella ya casi dormida, aún apretándome fuertemente de la camisa. Le sonreí y retiré cada uno de los dedos para que su mano pudiera descansar en su pecho. Entré a la habitación, no había cambiado mucho en nada… excepto por algunas cosas, que… no podía encontrar cuales eran. Suspiré y acosté a Bella delicadamente en su cama, envolviéndola con la manta.
Me perdí, mirándola dormir, no era justo. Cuántas veces en mi tiempo de oscuridad trataba de recordar como se veía ella… allí recostada, tranquila y segura. Hoy me di cuanta de que mis recuerdos, casi perfectos, nunca le harían justicia. Lo añoraba, añoraba que esto siempre fuera de esta forma, que siempre pudiera admirarla como lo hago ahora, aún con Charlie contando los segundos para salir de su casa, o la incertidumbre de no saber si ella me aceptaría de vuela.

− ¡Suficiente!, ¡Ahora sal de mi casa! −gritó Charlie desde las escaleras. Me dí la libertad de besarla rápidamente en la frente y salir de su cuarto. No me preocupaba por ahora, regresaría pronto…

−Me retiro −avisé caminando hacia la puerta.

−Edward… −me llamó este, con voz demasiado reprimida. No necesité leer su mente para saber
que estaba tratando de no armar un escándalo con Rose y Emmett afuera, esperándome− Debo ser claro contigo. No se si planees quedarte o irte de nuevo. Sea como sea…te lo advierto muchacho, no quiero que vuelvas a traspasar la puesta de esta casa, no quiero que estés ni un centímetro más cerca de ella… no pretendo contenerme la próxima vez que vuelvas a lastimarla.

−Jefe Swan, no es mi intención contradecirlo y ofenderlo…−no supe como empezar, y no lo analicé, Charlie era un hombre directo, y yo sería de la misma manera, directo con él− acepto sus reglas, prometo no entrar en esta casa su usted me lo prohíbe. Pero me temo que no Podré aceptar su última condición.

Insolente
−Le tengo respeto… −preseguí− pero me niego a acatar una regla imposible de obedecer para mí. Intenté hacerlo, y créame cuando le digo que nunca me he preocupado por otra cosa que no sea el bienestar de Bella. Pero no cometeré ese mismo error otra vez… Una vez más le doy mí respeto, pero amo a Bella y será ella quien decida si debo o no alejarme de ella.
Sabandija. ¿Cómo se atreve?... insolente

−Con su permiso… −murmuré y salí de la casa sin mirar atrás.
Caminé lo más rápido posible (humanamente por supuesto) a la puerta del coche donde me esperaban Rose y Emmett. En cuanto abrí la puerta trasera del coche, Emmett arrancó. No pronunciaron ni una sola palabra, y yo agradecí que lo hicieran. Era un instinto muy humano, me apreté el puente de la nariz con el dedo pulgar y anular… pensado que tal vez así, lograría borrar los insultos y reproches de Charlie Swan.

Charlie Swan. ¡Bah!, él en realidad no importaba tanto… o al menos así siempre lo consideré, pero… vaya, como lastimaba haber perdido la minima confianza que tenía en mí, decepcionar a alguien. Me imaginaba un buen hombre, un caballero. Y que había resultado, un cobarde, insensible e inmaduro sabandija. ¡Maldición!
−Edward… −la voz de Rosalie me sacó de mis tortuosos pensamientos.

− ¿Qué quieres, Rose? −pregunté tajante. No necesitaba otro instintivo para ponerme nervioso, no ahora… era lo menos que necesitaba.
Demonios, sigue molesto

− ¿Esperabas que estuviera riéndome? −dije con cruel ironía. Ella le hizo una mueca de dolor al espejo retrovisor. Suspiré cruzándome de brazos e intenté concentrar mi vista en algún punto del camino.
Lo siento

−Olvídalo Rose −murmuré con escepticismo.

¿Algún día lograrás perdonarme?

−Ya lo hice.

−Edward… yo…−volvió a murmurar insegura. Emmett solo conducía, con los ojos puestos en la carretera, como si de verdad tuviera que concentrarse en ella, como si nuestra conversación pasara desapercibida por él. no seas así con ella, por favor. Hazlo por mi hermano…lo ha pasado muy mal. Fue lo único que pensó, y por respeto a él… lo olvidaría.

−Rose, te entiendo… −comencé. El tono de mi voz logró el matiz que buscaba. Comprensivo, indulgente− Ahora tengo muchas cosas en la cabeza, muchas cosas en que decidir, en que pensar… no me pongas más trabas, necesito tranquilidad.

Nos quedaremos. Pensaron ambos al unísono. Me dí cuenta, una vez más… de que no solo había decidido por mí, había removido a toda mi familia de un lugar, de un hogar… ¿y quién era yo para hacerlo? Un vampiro asustado, incapaz de pensar más allá de sus propias narices, un egoísta… una sabandija.

−Yo no soy quien para impedirles algo así, y lamento haberlo hecho en el pasado. Ustedes siempre han sido libres de vivir en Forks.
Ambos se miraron el uno al otro con los ojos llenos de tristeza. No había contestado su cuestión verdadera.
¿Te quedarás?

Era deplorablemente lastimero que me lo recordaran. Y era ridículamente frustrante la incertidumbre.
−Sólo si ella lo quiere así

Bella Swan es la que decide… ¿no es así?. Los pensamientos de Rosalie iban impregnados con estúpido sarcasmo.

−En lo que respecta de mi vida, sí −fruncí el seño. Hablé lo más claro y fríamente posible− Acostúmbrate a eso.

Llegamos a la casa en cuestión de unos minutos y las puertas estaban abiertas. Nunca me había acostumbrado a permanecer en un lugar fijo… no tomaba afecto porque sabía que tarde o temprano este sería remplazado por otro. Sin embargo, no pude reprimir el sentimiento de añoranza al cruzar aquellas puertas y ver al resto de mi familia reunida allí, solo por mí. Otra vez como el hijo prodigio arrepentido de sus errores. Sin rencores, sin reproches… sin la necesidad de perdonar porque no encontraban una sola ofensa.
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Hola chicas!!! bueno aqui esta el cap, espero que les guste bueno nada con un poco de prisa.
Chicas pienso hacer un concurso pero no se que regalar pienso hacerle como Marii Trelles, regalar un Oneshoot de el siguiente cap, pero aparte algo mas, porfa diganme que mas puedo regalar.
Las bases del concurso las pondré en la siguiente entrada ok? porque aun no lo tengo muy claro, solo les puedo adelantar que no sera uno, sino dos y ambos un poco diferentes.
Bueno sin nada mas por el momento se despide: gaby!!**

martes, 8 de junio de 2010

Premios atrasados

Hola chicas, espero que esten bien. Bueno con algo de prisa, solo vengo a dejar algunos premios que tenia desde hace sabe cuanto y no tuve el tiempo de darle las gracias a Line y a Gisell.
Muchas gracias chicas, sinceramente creo que son las que mas me apoyan (si dejar fuera a nadie) Bueno aqui estan los premios:

Premios de Gisell:



Premios de Line:

Bueno aqui estan los premios. Muchas gracias a las dos, son las mejores!!!!!!!!!. Tengo un poco de prisa asi que se lo doy a todas mis seguidoras!!!!!!!! Pronto publicare!!!!

jueves, 3 de junio de 2010

El regreso

Afuera, con la luz de la noche, la celebración se había puesta a un nivel alarmante. Un gran número de humanos vestían la misma capa que ahora yo usaba, presumiendo colmillos falsos de plástico y celebrando la supuesta “expulsión” de los vampiros en las tierras de Volterra.
Simbólicamente por supuesto… estos humanos no tenían un la más remota idea de que frente a sus narices estaban el mismo núcleo de la especie a la que tanto temían en el pasado. Y hoy se vestían como ellos y eufóricos celebraban su triunfo ante ellos.
−Ridículo… −murmuré para mí.

No pasó mucho tiempo antes de que Bella se diera cuenta de que ahora nos encontrábamos solo ella y yo. Pero no objeto permanecer cerca de mí en la ausencia de Alice. Tal vez era el cansancio extremo, tal vez lo hacia para no lastimarme… fuera lo que fuese, aún continuaba conmigo, eso hacia más dulce y menos doloroso el momento.
Alice condujo con el coche adquirido antes de que nosotros llegáramos hacia la salida. Bella se deslizó en el asiento trasero y yo me senté junto a ella, no iba a permitirme estar un centímetro lejos de ella mientras esto durara… iba a sacarle todo el jugo posible a este momento. Mi acto le sorprendió, pero tampoco profirió palabra. ¿Por qué no me decía nada? ¿Qué era lo que ella pensaba?... no lo adiviné y tampoco le pregunté, estaba sumamente agotada.

Mientras la abrazaba escuchaba a Alice, tanto sus palabras como pensamientos… no tuvo que pedirlo, ese coche que tanto ansiaba sería suyo. Hacia mucho tiempo que no obsequiaba a mi hermana, y… después de todo. Jamás alcanzaría a pagarle todo lo que me había hecho posible en una noche. Jamás me sentí tan agradecido de tener una hermana como ella.
−Ahora puedes dormite, Bella, ya ha terminado todo −le murmuré mientras la abrazaba con fuerza.

−No quiero dormir. No estoy cansada.
No querer dormir conmigo abrazándola, muy sensato… pero ella lo necesitaba. Le besé una vez más e insistí. Ella se negó. Suspiré.
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− ¡Bella! −gritó Charlie desde la entrada de su casa, comenzando a dar zancadas entre furiosas y aterrorizadas. Charlie Swan ya tenía premeditado lo que iba a pasar y con quien seguramente iba a regresar su preciada hija… se había planteado muchas situaciones y había barajado las formas de reaccionar ante ellas; con indulgencia o aplicar el poder que tenía como oficial de policía… pero, hasta que no e vio saliendo de mi coche, con la cosa más preciada para él en mis brazos luciendo como un cadáver en vida… se dio cuenta de que en realidad él nunca se había preparado para esto. Y tampoco lo estaría en el momento en que yo, el despreciable Edward Cullen la volviera a abandonar.
Maldito insolente. Estúpido muchacho… infeliz desalmado ¿es qué no le has causado ya bastante daño a mi hija? ¿Cómo te atreves? Idiota, imbécil…

Charlie no era absolutamente nada mío, no sentía otra cosa más que respeto por él… pero sus insultos eran más dolorosos de lo que puede siquiera imaginar.
−Charlie − murmuró silenciosamente Bella en mis brazos. Estaba suficientemente cansada como para sostenerse en pie y mucho menas para enfrentar a su padre por mi causa…
Aún no entendía porqué no me pedía que me alejara, ¿Qué era lo que ella pensaba? ¿Qué era lo que tanto dolor le causaba al estar cerca de mí? ¿Acaso sólo buscaba respuestas? Era lo más razonable… y era lo menos que podía darle en este momento. Pero primero, ella tendría que descansar. Ya Dios dirá que pasaba después.

−Silencio. Todo va bien. Estás en casa y a salvo. Duérmete ya −Le dije en un tono en el que solo ella podía escucharme. Más no me hizo caso.

−No me puedo creer que tengas la cara dura de aparecer por aquí −bramó Charlie a solo unos cuantos paso de mí, dando zancadas enormes mientras su furia iba creciendo. En su mente se imaginó golpeándome de una manera salvaje… sería inútil, lejos sde causarme daño a mi, solo se la causaría a él mismo. Aunque… en realidad, los golpes me los merecía. Merecía eso y más.

−Déjalo, papá −balbuceó a penas. Oh, vaya… me estaba defendiendo.

− ¿Qué le ha pasado? ¿¡Qué le has hecho!? −inquirió Charlie. Su mente una vez más, comenzó a divagar en distintas situaciones, desordenadas y poco racionales… pero en todas yo era el culpable del estado de Bella, el horror y el miedo resultaron más fuertes que su potente furia, una que estaba seguro… iba a tener consecuencias en un humano de su edad. Temblé por dentro. Al imaginarme a Charlie Swan afectado de gravedad. Una vez más… por causa mía.

−Sólo esta agotada, Charlie. Por favor, déjala descansar −intenté calmarle, pero el haber pronunciado una palabra dirigida hacia él, sólo hizo recobrar su frebil odio e ira. ¿Era esto lo que el amor de Charlie por su hija podía llegar a provocar? ¿Tanto amaba a su hija que estaba dispuesto a matarme para arrancarla de mis brazos?... A él no le preocupa el crimen que cometería, y estaba seguro de que, si no fuera por Bella o por la situación y el lugar, ya hubiera sacado la pistola y disparado hacia mi pecho. No le importaba… para él, yo era el monstruo, el que subía desde el infierno para torturar a su angelito más preciado.

Lo pero de todo es que le estaba dando la razón… si yo estuviera en el lugar de Charlie, o so algún tercero se atreviera siquiera a ponerle un dedo encima a Bella para lastimarla… serían pocos los segundos en que este permanecería con vida.
La diferencia es que era yo quién había extendido ese dedo. Charlie, también distinto a mí y, aunque él mismo no quisiera aceptarlo, contaba con el don de la indulgencia.

− ¡No me digas lo que tengo que hacer!, ¡dámela! ¡Y quítale las manos de encima! −bramó mientras extendía sus brazos con hostilidad. Intenté extenderla hacia él, a pesar del dolor que sentía al dejarla lejos de mi agarre. Pero Bella tomo mi camisa en sus dedos, aferrándose a mí pecho fuertemente… me sorprendí.

−Déjalo ya, papá −volvío a decir, esta vez con voz más fuerte −Enfádate conmigo.
¿Cómo puedes defenderlo?... ¿cómo después de todo? Maldito muchacho, idiota, mequetrefe, hipócrita, sabandija…
Sus pensamientos me lastimaron de verdad.
−Puedes aportar a que sí −prometió Charlie−. Entra.

−De acuerdo, Bájame −suspiró resignada. Indicó que la bajara, y así lo hice… con mucho pesar. Pero a penas caminó unos cuantos pasos y se dejó caer…
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VOLVI!!!!!!!!!!!!!!!!
Despues de mucho mucho mucho timepo la fin esto aqui wiii!!!!!!!!!!!
Bueno, la verdad no tengo mucho que decir, solo que, espero que les guste el capitulo.
A por cieto, tengo bastantes premios que entregar, asi que me voy, las veo luego.
Se despide gaby!!**