No pude evitarlo. A diferencia de Jasper, yo no lidiaba con la gama de emociones que esto me provocaba. Me sentí asqueado conmigo mismo… era demasiada culpa como para lidiar con ella.
Bajé mi cabeza y deje salir un quejido… resultaba patético.
−Hijo, no debes sentirte avergonzado −susurró Carlisle, que ya se encontraba tomándome de los hombros, fuertemente… obligándome a mirarlo a los ojos− todo lo que hiciste, fue por amor.
−No sirvió de nada, lo único que cause fue dolor. Me equivoqué y las consecuencias fueron fatales.
−Nos equivocamos, pero lo hacemos para demostrar la fortaleza −esta vez fue Jasper quien habló, acercándose a mí apartando una de las manos de Carlisle para colocarla en mi hombro también− Eres más fuerte que cualquiera de nosotros. No nos hagas perder la fe en ti…
− ¿¡Fe!? −Exclamé exasperado− ¿¡Cómo puedes siquiera pretender fe en mí!? ¡Después de todo lo que he hecho! ¡Después de lo que le he hecho a ella!
Iba a soltarme del agarre de Carlisle y mi hermano. Esto era enfermizo, tan poco sensato… ¿Porqué todo insistían en verme como alguien inocente? ¿Por qué no podían ver que mis decisiones siempre serían las peores? ¿Por qué querían formar parte de alguien que, lejos de traerles felicidad, solo acercaban decepciones, tristezas…? ¡Fe en Edward Cullen! Japer y todos los demás… ¿cómo podían lograr tener fe en alguien como yo?
−De la misma manera en que tu me la tienes a mí, Edward −respondío Jasper a todas mis interrogantes, sin necesidad siquiera de leer mi mente− O, ¿es que acaso no la tienes?
−No seas ridículo, por supuesto que tengo fe en ti −dije algo irritado.
−Y, ¿por qué Edward? ¿Qué he hecho yo para merecerla? Después de lo que pasó hace seis mese… ¿aún tienes fe en mí? −preguntó.
Me quedé mudo e inmóvil. ¿La tenia?, en verdad podía… podía confiar en Jasper después de lo ocurrido. Jasper siempre fue parecido en mí en muchos aspectos, algunas reacciones, algunas similitudes en el carácter… la manera de amar tan profunda e inevitablemente. La fortaleza y la capacidad para sobrellevar nuestros conflictos internos… Era una de la persona más entera que conocía, de las más tenaces…
Dispuesto a hacer todo lo que fuera, por nosotros, por Alice. ¿Debería juzgarlos solo por un estúpido papel demasiado afilado? ¿Por una situación inevitable que bien podía haberse presentado en un lugar equivocado y con alguien inadecuado?... Jasper era mucho más que eso. Jasper Hale no sería juzgado por un error, si no por una vida de esfuerzo, valentía y fortaleza…
¡Oh!. Ahora comenzaba a entenderlo. Levanté la mirada y con un gesto de cariño, coloque mi mano en uno de sus hombros también.
−Sin duda alguna −le sonreí con suficiencia, y él lo hizo también.
Sabía que lo entenderías
−Gracias −lo dije con el corazón.
Y, ¿qué rayos estas esperando aquí? ¡Ve con ella!
Volví a sonreír. No pude saber si era de nervios o de agradecimiento a él y a mi familia… que seguía aún viéndome como la oveja perdida. Y así me sentía yo, una oveja que por fin había regresado a su hogar.
Ojala puedan volver a ser como antes.
Te lo mereces, hermano.
Salúdame a mi humana favorita.
Sólo se feliz, Edward.
Salí de la casa y corrí por el bosque. Una parte de mí había quedado aliviada y en paz. Una parte que nunca había tomado como segundo término. Tenía una familia, que me aceptaba como era, con mis errores y mis falsos pasos… una familia que estoy seguro, en la eternidad iba a volver a descuidar.
Pero faltaba la parte más difícil, la más importante de todas…
Enfrentar a Bella y, de ser posible, implorarle y demostrarle hasta parecer que mi existencia sin ella… no significaría nada.
-----------------------------------------------------------------------------
Aquí estaba otra vez, como el día en que nuestra historia comenzó y me era tan extraña la analogía de ambas situaciones. Si bien recuerdo, ésa noche la abrazaba de la misma manera, tal como lo hago ahora. Ésa noche respiraba tan similar a como lo hace en estos momentos… su esencia era exactamente desde hace casi un año. Y la habitación estaba exactamente como lo estaba en ese momento, bueno… casi.
Había encontrado la diferencia que noté cuando entre esta tarde. Sus libros, sus discos, películas e incluso sus adornos, todo lo que ella frecuentaba, todo lo que la describía habían desaparecido de su habitación, dejando un hueco simplemente lleno de muebles, ropa y papeles.
La apreté más contra mí. Oh, claro que conocía la razón… y no dejaba de lamentarme por ello.
¿¡Qué había hecho!? ¿Cómo lo podría remediar? Buscaba una y mil formas, cualquiera que pudiera reparar tanto daño causado, pero siempre llegaba a un punto muerto en mi consciencia… no sabría como hacerlo, ignoraba completamente sus deseos. ¡Frustrante!
¿Cómo compensarla cuando no sé si buscaba algo de mí? ¿Cómo consolarla sin saber si yo seré un alivio para ella?... ¿Cómo conseguiré sobrevivir si ella no puede perdonarme?
Había logrado recuperar a mi familia, sin darme cuanta que mi cuerpo, mi mente pedía recuperar a alguien mucho más importante. Charlie, ahora durmiendo, se había encargado de ilustrarme todo lo sucedido, y la información con la que me encontré me estaba carcomiendo por dentro.
Bella fría, Bella destrozada. Una Bella sin música, sin libros, sin sonrisas sinceras. Bella vacía, una Bella que no era mi Bella. La que yo conocía.
¿¡Qué he hecho!? ¿¡Qué he hecho!? Pensé a gritos una y otra vez, abrazándola contra mí con fuerza, con los ojos ardiéndome, con el corazón matándome. Esto era lo que había jurado proteger y mantener a salvo: sola, desmadejada y al asecho de una sádica vampiresa sedienta de venganza, sin más protección que una irresponsable y voluble manada de licántropos estúpidos.
Cegado por mis ideas, por mi idiota obstinación de creer lo que era mejor para ella.
Condenándola al olvido, haciendo que ella misma se perdiera.
¿¡Qué he hecho!? ¿¡Qué he hecho!?
Ella no podría disculparme. No debería absolverme de tantos errores… yo mismo no lograba perdonarme.
−Edward… −susurró en medio de mi suplicio.
Me congelé y posé inmediatamente mi mirada en su rostro, asustado de que tal vez me pidiera que la soltara. Pero ahí estaba, sin oponer la más minima resistencia, profundamente dormida.
−Edward. No... No te vayas −volvió a murmurar, pero esta vez con inseguridad, miedo. La apreté más contra mí− ¡Edward. Quédate, por favor! −suplicó con voz asustada, lo suficientemente alta como para despertar a Charlie.
−Shhh. Bella, aquí estoy. Ahora y siempre −la arrullé, repitiendo esas palabras constantemente hasta que se clamara. Supongo que las decía más para mi consuelo que para el suyo.
Fue cuando lo recordé, tal como la primera vez que la había escuchado decir mi nombre en sueños. Me volví a devanarme los sesos buscando el nombre a las emociones que ahora volvía a experimentar. Otra vez, no encontré significado… no me importó. Y tal como hice hace un año, me deje ahogar en ellas, disfrutando de mi lugar feliz, mi propio Dèjá Vù…
--------------------------------------------------------------------------------
Hola chicas, con mucha prisa. gracias a las nuevas seguidoras por comentar, asi me puedo pasar por sus blogs.
Porfa comenten que puedo regalar de premio para en concurso, que ya casi esta listo.
Bueno me voy bye bye les mando un beso. Se despide, gaby!!**
Hola, nena!!
ResponderEliminarEl capitulo estuvo realmente genial
Lastima que pronto se acabara!
Disculpa no ayudarte con los premios, pero de verdad carezco de imaginación para eso.
Gracias por pasarte por mi blog
Cuidate mucho
Bye
PD: Publica pronto, please!
Hola!!
ResponderEliminarestubo genial el cap.!!!
sube pronto si!!
kiero saber ke pasar!!!
bueno te cuidas muxo!!
bye
Tienes un premio en mi blog!!!!!!!!!!
ResponderEliminarPasate!